La tríada de fe del creyente: La fe que sostiene
“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia” Santiago 2-4 En la hora de la prueba el ser humano puede reaccionar de muchas maneras, sin embargo, sólo el creyente en Cristo puede dejar delante de su Dios su carga y descansar confiado en que ante la incertidumbre, el dolor y la pérdida “el eterno” cuidará de él (Deuteronomio 33:27). No se trata de no sufrir o no lamentarse. Por cierto que no, el dolor y el llanto tienen su razón de ser y es necesario expresarlos. No obstante, el sentido que tenga la prueba es demasiado distinto según si quien la padece conoce o no al Dios eterno y soberano. Un apreciado amigo acaba de sufrir un incendio en lo que constituía gran parte de su fuente de sustento. Creyente en el Señor con su esposa, Rodrigo ha escrito en su perfil de Facebook: “Tristes, pero con esperanza”. Poco antes había escrito: “Ahora volvemos a nuestra ciudad en medio de lágrimas, sabiendo que a través de ellas vemos la fidelidad de nuestro Dios”. Ellos son creyentes en Cristo y eso hace toda la diferencia. David en incontables ocasiones recibió de Dios la fuerza y el sostén para seguir adelante a pesar de que, humanamente hablando, estaba solo y lo había perdido todo (Salmo 55:16). El Salmo...
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