La cruz de nuestro Señor Jesucristo (XV): el lugar al cual volver una y otra vez en la predicación

Siguiendo el ejemplo y la enseñanza de Jesús, los apóstoles interpretaron el significado, el sentido, y la aplicación de toda la Escritura a la luz de la persona y obra de Jesús. “No saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado” 1 Corintios 2:2 La predicación paulina fue un despliegue preeminente de este compromiso interpretativo. Cuando el apóstol Pablo señala: “Me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado” (1 Corintios 2:2) no está sugiriendo que la cruz de Cristo fue el único pensamiento que jamás entró en su mente, ni que en cada diálogo introducía el tema de la cruz sí o sí. Pablo estaba afirmando y destacando que el poder y la sabiduría de Dios desplegadas en la cruz y en la resurrección de Cristo sirvieron como el único marco de referencia apropiado para sus pensamientos. D.A Carson explica “Pablo no puede hablar mucho del gozo cristiano, o de la ética cristiana, o de la comunión cristiana, o de la doctrina cristiana de Dios, o de cualquier otra cosa sin, finalmente, atarla a la cruz. Pablo está centrado en el evangelio, era su compromiso predicar a Cristo crucificado, un hecho que era considerado una estupidez por los sofistas y aquellos en la iglesia de Corinto que estaban influenciados por ellos en apreciar, por sobre todo, la sofisticación...

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