Esperanza y consuelo en Cristo

Los himnos que los Cristianos cantan traen consuelo y paz a su alma. Uno que ha servido mucho en este sentido es, “Oh, qué Amigo Nos Es Cristo”. El autor fue José Medlicott Scriven. Leamos algo acerca de su historia. “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias” Filipenses 4:6   José Scriven nació de padres de una situación acomodada en el año 1820, en Dublin, Irlanda. Cuando tenía 25 años, abandonó su patria para dirigirse a Canadá. Dos cosas influyeron en su decisión. Recién se había convertido a Cristo, lo cual produjo tensión en la familia, y recibió un golpe trágico cuando su novia se ahogó la noche antes de contraer nupcias. Llegado al pueblo de Puerto Esperanza, Ontario, José Scriven se empleó como profesor de escuela, dedicándose a ayudar a los estudiantes y a la comunidad. Las Bienaventuranzas del Señor Jesús le sirvieron para orientar su vida, llegando a ser conocido como “el buen samaritano”, pues daba generosamente de sus posesiones. Después de diez años en Canadá, José supo que su madre estaba gravemente enferma. No pudo viajar para estar a su lado, así que le escribió una carta de consuelo, y adjuntó un poema que recientemente había escrito. Pensó que las palabras traerían consuelo a su mamá al leer la poesía titulada, “Oh...

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