Mes: Enero 2015

6° mandamiento: Cristo murió para darnos vida a nosotros

Este mandamiento está más cercano de lo que creemos. Miremos lo que enseñó el Señor Jesús. “Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio” Mateo 5:21-22   Jesús nos aterriza la idea superficial de que el mandamiento en cuestión está lejos de nosotros, pues ninguno de nosotros será probablemente un homicida premeditado. Todo lo contrario, en Mateo 5 Jesús no enseña que el asesinato no es sólo el tomar una vida en lo externo sino que su esencia está en la ira y el odio. Debemos reconocer que nuestro corazón es un corazón asesino, por duro que nos parezca. Fácilmente leemos este mandamiento en Exodo 20 y pensamos que no nos toca. Sin embargo, el nuestro es un corazón rápido en saltar a la irritación y de un paso llega al odio irracional. El destino final de esa línea de pensamiento es el asesinato. Es la línea recta que parte con la irritación y que, de no mediar ciertas restricciones sociales, morales, ambientales y espirituales, termina en quitar la vida de una persona, ahora devenido en enemigo. Eso es lo que nos enseña el Señor Jesús, así que este mandamiento nos es muy pertinente. Además, Israel fue culpado de derramar sangre por su connivencia con...

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6° mandamiento: tomar una vida equivale a suplantar la autoridad divina

Por el hecho de llevar la imagen de Dios, la vida de todo ser humano es sagrada y pertenece sólo al Creador. “No matarás” no es una prohibición contra matar. Es una prohibición contra el matar no autorizado y violento, contra el asesinato, voluntario e involuntario (Deuteronomio 22:8). Ahora bien, hay mucha muerte en la Biblia, y debemos entender que ocurren en el contexto de guerra contra naciones depravadas.  Dios no es un pacifista contemplativo. En la Biblia Dios va a la guerra cuando su dignidad está comprometida y cuando el pecado es demasiado, va a la guerra por nuestro bien último (Genesis 15:16, 19:13, Jonás 1:2). Por el contrario, desde el punto de vista humano, aun por la guerra más “justa”, el ser humano no sale de ella con las manos limpias. No debemos confundirnos con relación a Dios y su derecho de tomar la vida. La pena capital en la Biblia está ordenada en circunstancias en que la severidad del crimen y la falta debe quedar claramente comprendida. En el Nuevo Testamento (Romanos 13:4), se nos dice que la autoridad tiene la “autoridad” de tomar la vida (“no en vano lleva la espada”), es decir, la pena capital es parte del plan de Dios, desde el pacto con Noé hasta el Nuevo Testamento: “El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque...

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6° mandamiento: la vida es sagrada porque pertenece a Dios

El Espíritu Santo usa estos diez mandamientos para moldear nuestros corazones. Es notable que palabras dirigidas a Israel, el pueblo escogido de Dios, la nación del pacto, aun nos instruyen y guían como miembros de iglesia de Cristo, el pueblo del nuevo pacto. Los creyentes vivimos bajo la ley de Cristo (Gálatas 6:2), una ley de libertad, que nos lleva a considerar lo que realmente el asesinato representa. Lo que ocurre es que nuestra responsabilidad hacia nuestros semejantes está fundada enteramente en nuestra relación con Dios. A causa de nuestra fidelidad a la ley de Dios, nuestra sumisión a la soberanía de Dios y nuestro conocimiento de los propósitos de Dios, vemos a los seres humanos de una manera completamente diferente, con una luz distinta. Apreciamos a nuestro vecino, conocido o a cualquier persona porque lleva la imagen de Dios. Lamentablemente, si quitamos los primeros cinco mandamientos, todo lo que sigue a continuación puede ser redefinido y renegociado. Ya no hay marco de referencia, ya no son instrucciones trascendentes, sino temporales y según el contexto. En este predicamento, la vida humana no tiene más dignidad que la que los humanos le otorgamos. En palabras simples, sin Dios el hombre carece de valor incluso para sus semejantes. El respeto por la vida humana parte por el respeto a Dios, que la da. Lo contrario -aun por lo que dicen respetar la vida-...

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Los siete soldados rusos (III)

Lea cómot ermina la conmoverdora acerca de los siete soldados rusos condenados a muerte. “Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca” Romanos 9:15 Un ingeniero finlandés que tenía a su cargo unos soldados que custodiaban a unos presos rusos. Relató una experiencia excepcional cuando un soldado llamado Koskinon confesó ante sus compañeros su conversión a Cristo. Recordó la enseñanza bíblica recibida de su madre y arrepintiéndose, se convirtió en hijo de Dios. El efecto sobre sus compañeros fue palpitante y uno por uno confesaron sus pecados y pedían perdón a Dios. Uno por uno creyeron en Jesús, el Salvador del mundo, el que restaura vidas arruinadas para la gloria del Padre. Sigue el relato: “A las 4 de la mañana todos los camaradas de Koskinon habían seguido su ejemplo y oraban. El cambio de atmósfera era indescriptible: unos prisioneros se hallaban en el suelo, otros sentados sobre su banco; los unos lloraban o sollozaban, los otros conversaban acerca de las cosas espirituales. Nadie tenía una Biblia y, sin embargo, el Espíritu de Dios hablaba. Luego, algunos se acordaron de su familia y la hora que siguió fue dedicada a escribir cartas que contenían confesiones y huellas de lágrimas. Ya estaba apuntando el alba y nadie había dormido un instante”. “El reloj marcó la 6:00 am. ¡Cuánto deseaba yo obtener gracia para...

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Los siete soldados rusos (II)

“La tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación” 2 Corintios 7:10 Años atrás, un ingeniero finlandés relató una interesante historia que le tocó vivir cuando prestaba sus servicios al gobierno durante el invierno 1939-1940 y fui nombrado oficial en el ejército del general Mannerheim. Estaban custodiando unos soldados rusos que había de ser fusilados. De repente un soldado llamado Koskinon comenzó a cantar un himno y luego dio testimonio de haber puesto su fe en Cristo Jesús como su Salvador. Prosiguió Koskinon con su explicación a sus compañeros. “Fue una noche extraña pues por momentos me parecía que todo se iluminaba en derredor de mí, y versículos de la Biblia enseñadas por mi querida madre y estrofas de cánticos me venían a la mente trayéndome mensajes del Salvador crucificado, de su sangre que limpia de todo pecado, del hogar que Él ha preparado para mí. Lo acepté y le di las gracias; desde entonces, la estrofa de este canto no dejó de resonar en mí. Es la contestación de Dios a mi oración y no puedo guardar estas cosas para mí, pues dentro de unas horas estaré con el Señor, yo, pecador salvo por gracia”. “La cara de Koskinon brillaba como iluminada por una luz interior. Sus camaradas permanecían sentados y callados.” El ingeniero finlandés se fijó en los soldados suyos que escuchaban en silencio lo que...

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