En un mundo oscuro resplandeció la luz

Este es un mundo oscuro. Sólo hay uno quien pudo llenarlo de luz. “Hasta que apunte el día, y huyan las sombras” Cantares 2:17 El mundo hace 2000 años era igual al que tenemos ahora en sus intereses, luces y sombras. A decir verdad, las “luces” que podríamos rescatar son muy pocas, y se hallan relacionadas con el advenimiento de “la luz del mundo” (Juan 1:9). No obstante lo anterior, venido el Hijo de Dios, se manifiesta abiertamente a animadversión, el rechazo, la oposición fiera y el maltrato hacia su persona. Jesús sabía a lo que venía, a “pueblo asentado en tinieblas”, a gente que vivía en “sombra de muerte” (Mateo 4:15). El panorama no podía ser diferente: un mundo caído, arruinado y dominado por Satanás no es un lugar deseable. A este mundo vino Jesús. “Bienvenido a nuestro mundo”, reza la letra de un poema escrito por un creyente, describiendo la condición deplorable del lugar al que se manifiesta Jesús. El hermano Guillermo McBride señalaba que así como en la venida de Cristo el cielo se manifestó con una gracia y poder salvador nunca antes visto, también el mal se extremó en manifestarse más intensamente. Notamos más endemoniados, más estorbo, más incredulidad en los evangelios. Como si a la gracia salvadora de Dios manifestada en su Hijo, el diablo quiso responder en mayor oposición, con más oscuridad. En...

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