8vo mandamiento: el derecho a la propiedad personal

El octavo mandamiento es muy simple, pero lleno de significado. Veamos algunas consideraciones. “No hurtarás” Exodo 20:15   La Biblia enseña acerca de las posesiones personales y los bienes materiales. Hay una dignidad en la posesión personal, legítimamente obtenida como producto del trabajo. Quien toma lo que no es suyo, roba no sólo el objeto sino la dignidad del duelo. El Antiguo Testamento habla en detalle acerca de los límites de la propiedad personal, incluso habla de negocios entre personas, ética en los negocios, pesas y balanzas justas, reparaciones (Exodo 22), etc. No se ha de tomar lo que pertenece a otro, porque el otro fue creado a imagen de Dios. La dignidad del trabajo tiene su origen en el trabajo encomendado al hombre en el huerto del Edén. Aun antes de la caída del hombre, existe un vínculo entre el trabajo y el frutode este, con el derecho a disfrutar de él (Génesis 2:15-16). El punto es que con la caída (Génesis 3) no somos eximidos de trabajar (Génesis 3:23), sino que tenemos ahora un nuevo elemento: el fruto de ese trabajo está amenazado por la naturaleza caída y pecaminosa del hombre, que le llevará a intentar aprovecharse del esfuerzo del otro, de manera ilegítima. A Dios no le agrada esto, más bien valora y defiende el trabajo. Sin embargo, en este mundo caído el robo o hurto...

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