Más que un carpintero (V)

Los de Nazaret fueron incrédulos y despreciaron al Jesús evangelista. Querían un Jesús coterráneo, amistoso, conocido y familiar. No es así nuestro Señor. El es el Hijo de Dios y ha de ser recibido como tal. “Y (Jesús) estaba asombrado de la incredulidad de ellos. Y recorría las aldeas de alrededor, enseñando” Marcos 6:6 Antes que el Señor Jesús llegara a Nazaret y mientras estaba predicado en Galilea, sus familiares se alarmaron por sus dichos. “Cuando lo oyeron los suyos, vinieron para prenderle; porque decían: Está fuera de sí” (Marcos 3:21). Opinar que estaba “fuera de sí” era grave y querían tomarle para que no siguiera predicando. “Vienen después sus hermanos y su madre, y quedándose afuera, enviaron a llamarle” (Marcos 3:31). Una multitud estaba sentada alrededor cuando le avisaron que los suyos le buscaban. Su respuesta dejó en claro que refutaba su opinión y sus intenciones de hacerle dejar de predicar: “¿Quién es mi madre y mis hermanos?” (v.33). “Y mirando a los que estaban sentados alrededor de él, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre” (vv.34-35). Jesús terminaba su visita a Nazaret “y estaba asombrado de la incredulidad de ellos” (Marcos 6:6). Jesús había enseñado en otras partes, y la reacción había sido diferente. La reacción negativa en...

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