Mes: Abril 2015

Ascuas de fuego

Devolver bien por mal es un acto difícil. La vieja naturaleza en nosotros quiere cobrar por los daños hechos. La ley de Cristo es todo lo contrario. Cuando le maldecían y le maltrataban, encomendó todo al que juzga rectamente. “Si el que te aborrece tuviere hambre, dale de comer pan, Y si tuviere sed, dale de beber agua; Porque ascuas amontonarás sobre su cabeza, Y Jehová te lo pagará” Proverbios 25:21-22 “Amontonar ascuas” sobre la cabeza de un opositor ha llegado a ser un refrán bien conocido que se cita con cierta frecuencia. La idea del proverbio es que si devolvemos bien por mal, despertaremos la conciencia del enemigo y le haremos sentirse incómodo. Las ascuas son las clavadas de la conciencia que son “prendidas” cuando una persona se siente mal acerca de lo que ha hecho a otro. La tendencia natural es todo lo contrario; es la de devolver con la misma moneda por lo que nos han hecho a nosotros. Es una reacción instintiva que no hace nada para mejorar la situación, y por lo general, la empeora. Muy por lo contrario, mostrar bondad a los que se nos oponen es un principio fundamental de la fe cristiana. Dos resultados se obtienen de un comportamiento generoso hacia nuestros enemigos. En primer lugar, hacemos un bien al otro cuando se da cuenta de la bajeza de lo que...

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ZAQUEO APROVECHA LA OPORTUNIDAD

Zaqueo es una persona de la cual se dice muy poco en el Nuevo Testamento. Sin embargo, cuando se la presentó una oportunidad para conocer a Jesucristo, la aprovechó.   “Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico, procuraba ver quién era Jesús”. Lucas 19:2-3. Jesús pasaba por última vez por la ciudad de Jericó. Los pobladores no lo sabían, pero el Hijo de Dios iba rumbo a Jerusalén y durante la celebración de la fiesta nacional de la Pascua, iba a ser tomado y crucificado. Sucedió que uno de los habitantes de Jericó, un pecador notorio por sus operaciones fraudulentas, tuvo interés en ver a Jesús. Zaqueo era jefe los recaudadores de impuestos y era rico, seguramente producto de sus maniobras financieras. Algo sabía de Jesús y procuraba verle. ¿Qué es lo que le interesaba? ¿Acaso quería tener contacto visual como ocurre hoy cuando personas importantes visitan el país y las multitudes se alinean en las veredas para verles pasar? O, ¿sentía Zaqueo una necesidad espiritual? Su baja estatura impidió que se acercara entre la gente más alta alrededor de Jesús. Por eso que corrió delante y subió a un árbol al lado del camino donde Jesús iba a pasar. El problema de Zaqueo era físico, pero representa lo que pasa hoy día con las personas que quieren conocer a Jesús...

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Más que un carpintero (V)

Los de Nazaret fueron incrédulos y despreciaron al Jesús evangelista. Querían un Jesús coterráneo, amistoso, conocido y familiar. No es así nuestro Señor. El es el Hijo de Dios y ha de ser recibido como tal. “Y (Jesús) estaba asombrado de la incredulidad de ellos. Y recorría las aldeas de alrededor, enseñando” Marcos 6:6 Antes que el Señor Jesús llegara a Nazaret y mientras estaba predicado en Galilea, sus familiares se alarmaron por sus dichos. “Cuando lo oyeron los suyos, vinieron para prenderle; porque decían: Está fuera de sí” (Marcos 3:21). Opinar que estaba “fuera de sí” era grave y querían tomarle para que no siguiera predicando. “Vienen después sus hermanos y su madre, y quedándose afuera, enviaron a llamarle” (Marcos 3:31). Una multitud estaba sentada alrededor cuando le avisaron que los suyos le buscaban. Su respuesta dejó en claro que refutaba su opinión y sus intenciones de hacerle dejar de predicar: “¿Quién es mi madre y mis hermanos?” (v.33). “Y mirando a los que estaban sentados alrededor de él, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre” (vv.34-35). Jesús terminaba su visita a Nazaret “y estaba asombrado de la incredulidad de ellos” (Marcos 6:6). Jesús había enseñado en otras partes, y la reacción había sido diferente. La reacción negativa en...

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Más que un carpintero (IV)

Quienes conocían a Jesús “de niño” no quisieron reconocer su divinidad. Estaban prejuiciados y por lo tanto no vieron lo evidente. Su poder y gloria. “¿No es éste el carpintero, hijo de María… Y se escandalizaban de él” Marcos 6:3 En una visita que hizo Jesús a Nazaret, los asistentes a la sinagoga se sorprendieron al escuchar al Maestro leer de las Escrituras y explicarlas. ¿De dónde tiene éste esta sabiduría? ¿No es éste el carpintero, hijo de María? Preguntaron. También le identificaron como hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón y de dos hermanas. Veían a Jesús solamente como el hijo de María y no hay mención de José. No veían en Él más que el carpintero que había estado trabajando en su taller. No podían explicar como Él tenía tanta sabiduría e inteligencia y enseñanza tan profunda sobre las cosas de Dios. La Biblia dice que se escandalizaban de Él, es decir, se sentían ofendidos por sus dichos. Le trataban como un cualquiera y ¿quién era Él para estar instruyéndoles como debían vivir? Cuando personas adoptan tal actitud, es un impedimento para poder confiar y obedecer. Fue motivo para desaprobarle y no querer reconocer su autoridad. La conclusión de los asistentes fue injusta y ya que ellos no podían explicar la anomalía de cómo un conocido carpintero ahora es un destacado conocedor de verdades,...

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Más que un carpintero (III)

En su pueblo natal, Jesús no fue apreciado y sólo le trataban como un simple carpintero. No obstante, igual manifestó su misericordia en ese lugar sanando algunos enfermos. “¿No es éste el carpintero, hijo de María…?” Marcos 6:3 Los asistentes a la sinagoga de Nazaret quedaron impresionados por las palabras de Jesús cuando tomó la profecía de Isaías y leyó un pasaje que proféticamente hablaba de Él (Isaías 61:1-3). Trataron de hallar una explicación de cómo un carpintero de su pueblo tuviera tanto conocimiento. El uso del serrucho y del martillo normalmente no tenían relación con un profundo conocimiento e interpretación de las Sagradas Escrituras. Acertadamente le reconocieron como “el carpintero”, y es interesante notar en su pregunta que decían “HIJO DE MARIA.” No mencionaron a José, que también era carpintero pero mencionaron a sus cuatro medio hermanos y dos media hermanas. Para ello, ningún carpintero sería capaz de manejar tanta sabiduría y también era miembro de una familia humilde. Fue precisamente ésta falta de aprecio para con Jesús que hizo que sus conciudadanos se escandalizaran de Él. La falta de fe en ellos fue un impedimento para apreciarlo. Jesús enseñaba para que tuvieran confianza en Él y para que reconocieran que era el esperado Mesías anunciado en las Escrituras. Jesús explicaba el fenómeno usando un conocido refrán, “No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y...

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