Mes: Abril 2015

UNA PREGUNTA CLAVE

Una conversación iniciada por un joven a una mujer religiosa no produjo mucho intercambio de pensamientos. La respuesta a una pregunta final acerca del significado que tenía la muerte de Jesús en la cruz por ella dejó muchos incógnitas.   “Con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación” Romanos 10:10. Un joven cristiano viajaba en un bus y tenía su Biblia abierta delante de sí. Siempre estaba dispuesto a conversar con quienquiera estuviera a su lado. El bus estaba por salir y el asiento quedaba desocupado y pensó haría el viaje de dos horas sin tener a nadie al lado suyo. De repente abordó la máquina una dama canosa cuyas vestimentas dejaban ver que era una religiosa. El joven oraba a Dios buscando sabiduría para entablar una conversación con la mujer cuya vida había sido dedicada a las actividades religiosas. Ella reveló que iba a la ciudad de Saskatoon, Canadá, para participar en un congreso. Parecía que la mujer no tenía muchos deseos de conversar aunque el joven trató de introducir el tema de la salvación a través del Señor Jesús. La ciudad de destino se veía en el horizonte. El joven quiso dejar en claro que para él la muerte del Señor Jesús en la cruz fue el medio por el cual Dios hizo posible que tuviera el perdón de pecados....

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JESÚS, TU ERES EL CRISTO

La pregunta hecha por el Señor Jesús a sus discípulos acerca de su identidad fue importante. La respuesta es igualmente importante y forma parte la doctrina fundamental del cristianismo. “Jesús…  preguntó a sus discípulos, diciéndoles: ¿Quién dicen los hombres que soy yo? … Respondiendo Pedro, le dijo: Tú eres el Cristo.” Marcos 8:27, 29. Jesús andaba con sus discípulos visitando las aldeas de Cesarea de Filipo, al norte del Mar de Galilea. Mientras caminaban, les hizo una pregunta cuya respuesta forma parte de la doctrina cristiana. Jesús preguntó, “¿Quién dicen los hombres que soy yo?” Marcos 8:27. No preguntó CÓMO era visto por los hombres, sino QUIÉN es Él. Habría sido fácil de decir que Jesús era amante, bondadoso, cariñoso, amigo de pecadores, dadivoso, y ¿cuántos adjetivos más se podría emplear para describirle? Sin embargo, la pregunta tiene que ver con su  PERSONA. ¿Quién es Jesús? En diferentes partes del evangelio, es llamado hijo de José el carpintero, hijo de María y Él mismo se refería a sí mismo como el Hijo del Hombre. Bartimeo le llamó, hijo de David y Pedro y Marta le reconocieron como el HIJO DE DIOS. Lo que pensamos de Jesús es de suprema importancia. La salvación del alma depende de un concepto correcto. Los discípulos respondieron mencionado Juan el Bautista, Elías, o alguno de los profetas. La especulación produce respuestas equivocadas. En vez...

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GRAN GANANCIA

Hay mucha preocupación en el mundo financiero y todos piensan en ganancias y pérdidas. Hay una ganancia que supera a todas las demás. Es la gran ganancia de piedad con contentamiento. “Gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento, porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. “1 Timoteo 6:6-7.” Muchos piensan que la felicidad se obtiene cuando se logra tener todo lo que desea. La propaganda que se ve en la prensa, la TV, o se escucha por radio es basada en esta idea. Dicen que a fin de tener la plena felicidad, hay que tener un auto, un perfume, un cuerpo perfecto, una casa en la playa, etc. Muchos sucumben ante esta mentira y pasan la vida lamentando que “falta tanto para que me sienta bien”. Miran al prójimo y piensan que tienen “derecho” a poseer lo que él tiene. El concepto bíblico es todo lo contrario. Pablo dijo de sí mismo, “he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación.” Filipenses 4:11. “He aprendido” indica que su actitud fue el producto de reconocer que Dios le daba lo que necesitaba para llevar a cabo las tareas de su ministerio. ¿Cómo había aprendido este gran principio? Antes había instruido a los creyentes, “por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de...

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DEVOLVIENDO LO PERDIDO (2)

“Si vieres extraviado el buey de tu hermano, o su cordero, no le negarás tu ayuda; lo volverás a tu hermano” Deuteronomio 22:1. Lea los versos 1-4. En la ley de Moisés, se establece los principios de la “Ley de la Devolución”. Claro está que toca el caso de animales como objetos extraviados, y la ley establece el principio que afecta a todo objeto que no esté en poder de su dueño. Se espera que sea devuelto. ¿Acaso tiene aplicación al día de hoy y lo que es espera de nosotros? Una aplicación del principio para el cristiano es la necesidad de asumir la responsabilidad de devolver la propiedad de otro, o aún ¿qué paso su uno daña la propiedad de otro? Si accidentalmente causa una abolladura en un auto, lo correcto es dejar una notita para que el dueño se contacte con la persona que hizo el daño. La preocupación por la propiedad de otro es la que nos lleva a correr en auxilio de los accidentados, o rescatar a los ocupantes de una casa incendiada, o auxiliar a los damnificados por inundaciones. Hacemos todo lo posible para proteger la propiedad ajena. En una escuela superior en Jerusalén, un letrerito apareció en el tablero diciendo, “Accidentalmente quebré una taza azul que no era mía. Favor contactarse conmigo para que le pague el valor. – José Ploni.” Otra aplicación...

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DEVOLVIENDO LO PERDIDO (1)

Hallar algo perdido sin saber en el instante quién es su dueño siempre presenta un desafío moral. ¿Lo guardo o busco el dueño dejando constancia con las autoridades policiales? La Biblia dice muchas cosas tocantes a la vida. Ella instruye lo que debe hacerse al encontrar un objeto perdido por su dueño. “Si vieres extraviado el buey de tu hermano, o su cordero, no le negarás tu ayuda; lo volverás a tu hermano”. Deuteronomio 22:1. Lea los versos 1-4. ¿Ha escuchado esta frase? “Estamos en la era de la Gracia. No estamos bajo la Ley.” Es cierto que cuando se trata de obtener la salvación de nuestra alma, tiene que ser de pura gracia. Pero cuando se trata de conocer lo que Dios ha dictado como normas morales para la conducción de nuestra vida, éstas se hallan en la ley de Jehová. Las tablas de los Diez Mandamientos que Moisés entregó al pueblo en su día continúan vigentes en el día de hoy. El único mandamiento que no corresponde es la necesidad de observar el descanso del día sábado, pues la figura del día de reposo apuntaba al “reposo”, al señor Jesucristo (Mateo 11:28). De hecho, el Señor reiteró los nueve mandamientos restantes como vigentes para sus seguidores hoy en día. Los judíos dicen que hay 613 “mitzvot” (leyes) en el Pentateuco (los primeros cinco libros del Antiguo Testamento)....

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