Jesús (3)

Fue el Espíritu Santo que impulsó al Señor Jesús al desierto para ser tentado por Satanás. Veamos las razones para esta experiencia de nuestro Señor. “No tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” Hebreos 4:15   “Estuvo en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás. Estaba con las fieras, y los ángeles le servían” (Marcos 1:13). La tentación duró 40 días. Hubo varias tentaciones sufridas, pero el Señor las venció todas. Demostró que en Él no hubo nada que respondiera a los designios malignos del enemigo. Salió vencedor. Los evangelios de Mateo y Lucas relatan las tres tentaciones principales que vinieron al final de los cuarenta días. Fracasó Satanás. Venció el Señor Jesús. La tentación no fue permitida PARA VER si Jesucristo caía en alguna falta, sino PARA DEMOSTRAR QUE NO fue posible que Él pecara. Fue completamente consagrado en todo momento. En ningún momento estuvo en peligro la salvación nuestra que Él había venido para efectuar a favor de nosotros. Marcos no menciona las tres tentaciones aludidas por Mateo y Lucas. Solamente menciona que había fieras presentes. En otras palabras, para cualquier ser humano, había peligro. Para el Hijo de Dios, su Creador, no hubo nada de peligro. Dicen que en aquella región de Judea hay lobos, hienas, chacales, y hasta leopardos....

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