Martín Lutero y la justicia de Dios (III)

En los días previos hemos visto brevemente el concepto bíblico de la justicia de Dios y de su resultado: la justificación. La justificación es el acto divino por el cual Dios en forma unilateral y soberana declara justo a un pecador indigno, y le faculta para estar en Su presencia. Todo esto por la fe en la obra vicaria de su hijo Jesucristo en la cruz del Calvario. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” Romanos 5:1   Dios, sobre la base de la justicia de Jesucristo declara que todas las demandas de la ley están satisfechas con respecto al pecador creyente. Este hecho tiene lugar de una sola vez por todas. La obra está completa, no hay grados en la justificación a diferencia de lo que ocurre con la santificación. Cuando Martín Lutero entendió esta verdad, se entregó de lleno para proclamar el evangelio, y fue perseguido. Unos amigos nobles le escondieron por un tiempo en el castillo de Wartburg desde donde tradujo la Biblia al alemán y compuso himnos. De niño su entretenimiento favorito había sido tomar el laúd todos los días y apartarse por media hora para tocar y cantar, pero fue durante el cautiverio en ese castillo que Lutero se inspiró a escribir y a reflexionar en la seguridad y ayuda que Dios da a los...

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