El hijo mayor no quería entrar (3)

No pasa ningún día sin que las noticias traigan relatos de personas dominadas por el enojo. A veces cometen actos de violencia, entablan peleas en la familia, y amigos se distancian. El enojo es un asesino que destruye. Considere otra lección que nos enseña la actitud del hijo mayor.   “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo” Efesios 4:26   Después de relatar el feliz encuentro que tuvo el padre con su hijo menor en Lucas 15, la atención del lector es llamado a considerar al “hijo mayor (que) estaba en el campo” v.25. La celebración para festejar la llegada de su hermano ya había comenzado y se oyó el sonido de la música. Con la curiosidad normal que pasa a cualquier, llamó “a uno de los criados, (y) le preguntó qué era aquello” v.26. La buena noticia fue fácil de comunicar: “tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano” v.27. “¿Bueno y sano?” Lo que dijo el pródigo no reflejaba esto. ¿No venía el pródigo hambriento, cansado, ropa hecha pedazos, sin zapatos, y una confesión que revelaba su estado de ánimo? Su confesión revela lo que él pensaba de sí mismo. “Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros” Lucas 15:19. “Bueno y sano” es...

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