Unas flores tiradas al suelo alegraron al día a muchos
Hay quienes no saben apreciar el valor o belleza en otros, o en sus gestos. Lea acerca de unas flores tiradas al piso. “Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros, … acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo” 1 Tesalonicenses 1:2-3 F.W. Boreham era un autor inglés y la gente le describía como un hombre que siempre se maravillaba frente a los sucesos de la vida. Sr. Boreham tuvo la práctica personal de llevar una flor fresca en la solapa de su chaqueta todos los días. El mismo contaba de cierto día cuando por descuido, no se puso la flor. Se dio cuenta cuando estaba a bordo del tranvía. Estaba pensando en la falta de su “firma visual” cuando una señora de edad subió al coche llevando un ramillete lindo de flores color amarillo. Era invierno y todo el mundo miraba con aprecio este signo de la primavera a pesar del ambiente invernal afuera. Cuando la señora se aprestaba para bajar del tranvía, tomó unas flores y se las pasó a un joven sentado cerca de ella. El joven las recibió sin ningún gesto de gratitud y sin decir “gracias”. Tan pronto que se bajó la señora, el joven las tiró al suelo....
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