Seis tinajas en el Evangelio según Juan — el ciego
“Mirad cuál amor”, dice el apóstol en 1 Juan 3:1, y aquí encontramos algo de su estilo. Siempre ha sido su proceder tomar de lo débil y necio de este mundo para confundir a los sabios, de manera que en Juan 9 Él escupe en tierra, hace lodo con la saliva, y unta los ojos de un ciego. Hecho esto, le manda al estanque de Siloé para lavarse. Meditemos acerca de este relato. El sujeto fue, se lavó y volvió sano de la vista. La misma orden está vigente aún: “Unge tus ojos con colirio, para que veas” (Apocalipsis 3:18). Esto está en contraste con aquella mujer Jezabel, quien aplicó el polvo de conchas de almendra a los ojos para dar una expresión seductiva a su rostro (1 Reyes 9:30). las prácticas y artimañas de aquella mujer Jezabel no son de Dios. Las religiones populares de estos tiempos reconocen al dios de este siglo y cumplen sus mandatos. Este hombre era miembro de la sinagoga, pero nacido ciego. Así también muchos pseudocristianos de nuestra generación protestarán: “Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste” (Lucas 13:25-30). Pero el Juez dirá: “No sé de dónde sois; apartaos de mí”. Por tanto es con regocijo que a veces encontramos casos como el ejemplo en Juan 9, a saber, uno que reconoce su condición por medio del poder de la Palabra de...
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