EXPECTATIVA CERTERA (2)
Si dependemos de la circunstancias de la vida para darnos seguridad, vamos a fracasar. Por esto la Biblia nos invita a poner nuestra confianza en nuestro Dios que nunca falla. “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación” Santiago 1:17 Nuestro Dios no cambia. Si nos salvó de la condenación en el pasado, no hay que temer que esto cambie. “No hay mudanza, ni sombra de variación” en “el Padre de las luces”. Es por esto que tenemos “un fortísimo consuelo” al mirar hacia el futuro. Nuestra confianza no se basa en nuestra fuerza, sino en el poder del Dios inmutable. En Él nos hemos refugiado. La situación de la persona antes de ser salva por la gracia de Dios está descrita en Efesios 2:12, “En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo”. Sin embargo, la triste condición del pecador es cambiada en el momento en que cree en Cristo, pues “ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo” v.13. Mirar atrás, a los fracasos y a las desilusiones, es frustrante y debilitante. Pablo el apóstol indica el remedio:...
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