Mes: Mayo 2016

La doctrina dada a los santos

La doctrina es el conjunto de enseñanzas que conforman el fundamento de nuestra fe. Es importantísimo que cada uno sepa cuál es la fe dada a los santos para ser creída y practicada. En su libro de un sólo capítulo, Judas hace mención de este importante tema.  “Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.” Judas 1:3. Con la proliferación de los sitios en el Web y el acceso cada vez más fácil al Internet, hay muchos peligros que tientan a la juventud, tan diestra para navegar con rapidez. Hay sitios totalmente impuros y muchos padres sienten desazón cuando descubren que sus hijos han estado llenando su mente con basura. Pero hay otro tipo de sitios que son limpios en cuanto al lenguaje y la presentación visual, los cuales reclaman tener base bíblica. Sin embargo, no todos son confiables y muchos no guardan relación con “la fe (o doctrina) que ha sido una vez dada a los santos”. Cuando Judas escribió sobre el tema de la doctrina, la palabra que usó indicó que fue entregada al pueblo de Dios una vez y para siempre. La doctrina cristiana es la que el Señor Jesús entregó a los discípulos y los primeros cristianos “perseveraban...

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El viento sopla de donde quiere

El Señor Jesús usó el ejemplo del viento para identificar al Espíritu Santo y el efecto que Él produce en la vida de las personas que creen y Cristo y nacen de nuevo. “El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido, mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu” Juan 3:8 Nicodemo visitó al Señor Jesús de noche, intrigado por saber de dónde tenía Él el poder para efectuar sanidades entre el pueblo. “Nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él” opinó Nicodemo (Juan 3:2). Es posible que Nicodemo haya sido enviado por sus correligionarios del Sanedrín, pues habla en forma plural, “Rabí, sabemos que has venido de Dios”. Fue un gran sorpresa para Nicodemo cuando recibió de Jesús una respuesta que le indicaba que era necesario que él naciera de nuevo (o de arriba), para entenderle. Tiene que haberle sorprendido pues Nicodemo era “un maestro en Israel” (Juan 3:10). A pesar de esto, le faltaba algo en su experiencia. Era de reconocida erudición entre el pueblo, pero debía tener un nacimiento de arriba para entender el reino de Dios y el poder que operaba en Jesús. En respuesta a la incógnita surgida en la mente de Nicodemo de cómo sería posible que él entrara en el vientre de su madre, Jesús...

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PALABRAS QUE DAN CONFIANZA

En mi dormitorio colgado como cuadro está el texto de referencia para hoy. Durante muchos años ha estado allí y lo he leído varias veces. Ya que es la Palabra de Dios, nunca pierde su eficacia. Cada vez que lo leo, toca el corazón con renovada fuerza. “En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.” Salmo 4:8. Este texto no es el único en la Biblia que tranquiliza al hijo de Dios y le anima a vivir confiado. En tiempo de buena salud y tiempo de enfermedad, cuán placentero resulta descansar sobre la fidelidad de Dios cuyo ojo está puesto en los suyos. En verdad, nos hace vivir confiados. El mismo salmista usó la geografía donde estaba situada Jerusalén para sacar aliento; “Como Jerusalén tiene montes alrededor de ella, Así Jehová está alrededor de su pueblo, desde ahora y para siempre” Salmo 125:2. Las personas que nos visitan en San Felipe, Chile siempre comentan que estamos rodeados de cerros y montes. El mismo valle del Aconcagua toma su nombre de la cumbre más alto en el hemisferio occidental que está en la Cordillera de Los Andes. Los montes alrededor de Jerusalén no son tan grandes pero el salmista quiere dar la idea de que los montes sirven de protección. Son como una barrera que tiene que enfrentar el enemigo. Los montes dan...

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EL VALOR DE UN NIÑO 2

La Biblia menciona a varios individuos que fueron usados como instrumentos en las manos de Dios para comunicar su Palabra y revelar su voluntad. Algunos que sirvieron a Dios en circunstancias especiales eran jóvenes. A pesar de ser muchachos y muchachas, Dios los pudo utilizar. “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos.” Mateo 19:14. Fue una señorita, la hermana de Moisés, que consiguió que su hermano pudiera ser cuidado por su propia madre y así evitó que fuese muerto. Vea Éxodo 2. María, le hermana de Moisés, compartía la preocupación de sus padres por el bienestar de su hermano menor. Dios utilizó a María para proteger a Moisés su hermano. Ochenta años más tarde, Dios utilizó a Moisés para lograr la libertad de los israelitas. Otra señorita trabajaba como esclava en casa del Comandante en Jefe del ejército sirio. Informó a la esposa de su amo del profeta de Jehová, Dios de los israelitas. Vea 2 Reyes 5. No sabemos el nombre de la muchacha ni de su familia, pero ella se acordó de una gran verdad: en Israel había un profeta del Dios vivo y verdadero. Por medio de su insinuación, el general Naamán viajó a Israel y fue sanado milagrosamente. Como resultado, se convirtió a Jehová. Andrés, un discípulo del Señor trajo...

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EL VALOR DE UN NIÑO 1

Es siempre interesante saber cómo un individuo llega a ser salvo. En mi niñez se celebraba una reunión especial el 31 de Diciembre y los hermanos de la asamblea testificaban de su conversión a Cristo. Siempre me resultaba encantadora y años más tarde me tocaba a mí relatar como Cristo me salvó. Me convertí a los nueve años de edad y por eso atribuyo importancia a la labor de alcanzar a los niños con el evangelio. “Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.” 2 Timoteo 3:15 Un hermano de edad avanzada conversó con un siervo del Señor, deseando contarle de cómo fue salvo. Dijo: “Quiero contarle como yo, un pecador ya canoso, llegué a ser un hijo de Dios. Yo caminaba un día, cuando un muchacho se paró frente a mí. Me pareció tan cortés en su manera de actuar, que puse oído para saber qué era lo que quería. Con mucho respeto y con voz dulce, me dijo: ‘Por favor señor, ¿Aceptaría Ud. este tratado? … y por favor, leerlo.’ Le digo que hasta aquel día, yo odiaba los tratados cristianos, y cuando alguien se atrevía a ofrecerme uno, me enojaba y le echaba palabras groseras. Pero cuando este chico dijo: ‘Por favor señor, — bueno, me tocó el corazón....

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