Mes: Mayo 2016

EL NIÑO JESÚS 2

No hay mucho en la Biblia acerca de los primeros 30 años de Jesús. El relato de su nacimiento virginal es tratado en extenso pues es muy importante para poner de relieve la obra salvadora que cumplió más de 33 años más tarde. Sin embargo, una vez nacido Jesús en Belén, se relata poco acerca de Él o de sus actividades.  “Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas.” Lucas 2:47 En el octavo día después de nacer Jesús, Él fue llevado para ser circuncidado y se registró oficialmente su nombre: JESÚS. Hacía meses que José y María fueron instruidos respecto al nombre que habían de poner. No hubo ningún cambio de parecer en ellos, sino solamente fiel obediencia a la palabra de Dios. Son ejemplos para los padres de hoy quienes deben estar dispuestos a obedecer a Dios en todo lo relacionado con sus hijos. A los cuarenta días del nacimiento, María y José fueron al templo para llevar a cabo el ritual de la purificación de la mujer según la ley de Moisés. Se ve que eran pobres porque traían una paloma. No les alcanzaba para ofrecer un animal grande. (Levítico 12:7-8.) Al Señor Jesús lo llevaron en brazos al templo. Lo importante de esta visita fue que el anciano Simeón les esperaba y guiado por el Espíritu Santo tomó a...

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EL NIÑO JESÚS 1

Los eventos antes del nacimiento de Jesús son bien conocidos. También es sabida la visita hecha por María a Elizabeth su prima, embarazada de una criatura que llegó a ser Juan el Bautista, el heraldo de Jesús y bautizador de los arrepentidos. Menos conocidos son los eventos inmediatamente después del nacimiento de Jesús. “Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él.” “Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.” Lucas 2:40, 52. María y José eran puntuales y cuidadosos en guardar la ley de Moisés. Comenzaron con llevar a Jesús para ser circuncidado al octavo día como estipulaba la ley Levítico 12:3. A los cuarenta días después fueron al templo para ofrecer la ofrenda de la purificación requerida de la mujer cuya matriz fuese abierta. En el templo se encontraron con Simeón, un anciano que pacientemente había esperado la llegada del largamente deseado Mesías. Simeón era “justo y piadoso, (y) esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él.” Lucas 2:25.  Simeón pronunció unas profecías ese día y María tendría que esperar más de 30 años para que algunas se cumpliesen. Es poco probable que ella entendiera cabalmente su significado al escucharlas pero las guardó en su corazón y después las vio verificadas. La importancia de...

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Afanarse por lo que realmente importa

“No os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.” Mateo 6:34 Todo el mundo quiere saber qué va a pasar en el día de mañana. Menos mal que no sabemos las cosas que nos van a suceder, pues tendríamos los nervios destrozados, con sólo preocuparnos por los problemas que nos sobrevendrían. La Biblia tiene un consejo excelente para nosotros: “BASTA A CADA DIA SU AFAN”. Es decir, El día de hoy tiene sus demandas y la fuerza que tenemos disponible es para hoy, así que, no vaya preocupándose del día de mañana, o de pasado mañana, pues la sobrecarga sería demasiada. Nuestro sistema nervioso tiene su capacidad limitada y si supiéramos algunas de las cosas que tendríamos que afrontar de aquí a una semana, nuestro sistema no podría aguantar el stress adicional. “BASTA A CADA DIA SU AFAN,” no solamente es un consejo divino digno de aceptar, sino muestra que Dios conoce muy bien el cuerpo humano y hasta donde llega su capacidad para llevar una carga. Si el Señor oculta de nosotros el conocimiento de los detalles de nuestro futuro personal, por lo menos revela algunos secretos acerca del futuro referentes al mundo. Él revela detalles que afectan a muchos y son eventos que acontecerán en gran escala. Por ejemplo, el libro del Apocalipsis...

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Tome la decisión

“Procuraba Pilato soltarle” Juan 19:12 Enfrentado con la persona del Señor Jesucristo, Pilato intenta liberar a Jesús del juicio y de la muerte. El conoce los motivos de los judíos (Mateo  27:18) y está convencido de la inocencia de Jesús. Sin embargo, el giro de los eventos le hace pensar si la decisión de liberarlo es inteligente o no, así que decide desentenderse y lleva a cabo un acto que se ha convertido en refrán para designar el hecho de hacerse el desentendido de un problema. Pilato se lavó las manos diciendo: “Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros” (Mateo 27:24). La expresión conlleva un sentido de culpabilidad de parte del que lo hace. El decir que alguien “se lavó las manos” no habla bien de tal persona. Implica que no está asumiendo su responsabilidad. Pero lo mismo que hizo Poncio Pilato ocurre el día de hoy, innumerables veces. Las personas se desentienden de Cristo sin tomar una decisión por él. La Escritura demanda creer en la persona de Jesucristo, su razón de ser es que los hombres crean en Él. Dice la Biblia que las cosas escritas son “para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre” (Juan 20:31). ¿Cuántas veces ha escuchado usted el mensaje del Evangelio? Si no es salvo...

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Encuentros con el mismo Señor: resultados muy diferentes

“Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre venía a este mundo” Juan 1:9 Nadie puede quedar indiferente a un encuentro con Jesús. Lamentablemente en la Biblia no todos los que tuvieron contacto directo con él recibieron bendición. Veamos brevemente los siguientes casos: Natanael: “Un verdadero israelita en quien no hay engaño”, dijo de él el mismo Señor (Juan 1:47). Lo cierto es que al tener un destello del poder y del conocimiento de Jesús, reconoce que este verdaderamente es el Hijo de Dios y el rey de Israel (Juan 1:49). Asombrado y admirado por lo que ha visto, después de su encuentro con Jesús se va bendecido. Nicodemo: Acude a Jesús de noche, y deja en evidencia que conoce la Escritura solamente de manera teórica (Juan 3). Al verse confrontado con la necesidad de nacer de nuevo, expresa sus dudas y del Señor mismo recibe la revelación del amor de Dios para el mundo. Por este amor Dios da a su hijo y todo aquel que en él cree tiene vida eterna. Maravillado por lo que ha oído, después de su encuentro con Jesús se va bendecido. La mujer samaritana: Acude a sacar agua de un pozo al mediodía y se encuentra con Jesús (Juan 4).  Después de una serie de preguntas y respuestas se ve expuesta delante de Dios y reconoce que Jesús es el Mesías. Va...

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