¿Cómo hemos de pensar?
La mente es el motor de nuestra acción. Pensamos primero y luego hacemos. Pero hay que tener cuidado respecto a lo que permitimos en nuestra mente. Lea lo que Pablo el apóstol aconsejó a los Filipenses al respecto. “Regocijaos en el Señor siempre.” Filipenses 4:4. Diariamente estamos inundados con información que llega a través de la radio, la prensa, la televisión, los contactos personales, además de discursos, conversaciones, y experiencias y el Internet. Recibimos impresiones en forma constante. ¿Cuál es la opinión más valedera? La gente opina sobre temas candentes como el aborto y el divorcio, la guerra y la política, la marihuana y el alcohol. Hay así llamados expertos en todas las materias, y ¿quién de todos tiene la razón? Necesitamos una base firme para llegar a una conclusión correcta. Necesitamos información fidedigna para darnos una orientación confiable. Gracias a Dios por la Biblia. Pero ella no va a ayudarnos a menos que la hagamos caso. Hace falta permitir que tenga efecto en nuestra vida. Es imprescindible ponerla por obra. Somos responsables por lo que permitimos entrar en nuestra mente, y si vamos a sacar conclusiones correctas y edificantes, practiquemos lo que Pablo el apóstol aconsejó a los Filipenses: “Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si...
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