Vi yo al Señor (2)

Isaías relató la experiencia singular en su vida cuando conoció a Dios personalmente y de ahí en adelante comenzó un servicio fructífero durante el reinado de cuatro reyes de Judá. “En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime” Isaías 6:1   La visión de los serafines adorando a Dios tuvo un impacto sobre Isaías. La actividad principal en el cielo no es servir a Dios, sino adorarle. Los serafines no hacen otra cosa sino adorar. “Santo, Santo, Santo” es su clamor. La palabra repetida tres veces es un indicio que Dios es Trino, es decir, se refiere al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. La actividad de los seres angelicales debe incentivarnos a nosotros a adorar pues hemos conocido a Dios por medio de Jesucristo.   Al recibir la visión del Señor “sentado sobre un trono alto y sublime,” Isaías reconoció su indignidad personal. “¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.” Isaías 6:5. Cuando Isaías vio al Rey en su Gloria, confesó su pecado. La verdadera conversión de cualquier individuo comienza cuando se ve a sí mismo como pecador ante la presencia del Santo Dios. Es el primer paso para buscar...

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