EL PRIVILEGIO DE HOSPEDAR

El dueño de casa no estuvo presente cuando Jesús celebró la última pascua con los suyos. Pero tuvo el privilegio de hospedar al Rey de Gloria. Una visita igual es imposible hoy, pero hay personas que vienen a nuestra casa con palabras consoladoras, y dan sus consejos con fundamento bíblico. Su personalidad santificada deja un aire del cielo para respirar. Abrir nuestros hogares para recibir a tales visitas es una forma de mantener en alto el amor fraternal. Fue una bendición para mí cuando niño que mis padres abrieran la casa a visitas. Dejan un lindo recuerdo. Es un estímulo para nuestra fe. Es como una visita de ángeles. –daj   “Permanezca el amor fraternal. No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.” Hebreos 13:1-2.   Cuando era niño, mis padres recibían visitas en la casa. No venían solamente para comer, sino para hospedarse, especialmente cuando eran predicadores que visitaban la iglesia local para conducir reuniones especiales. Puesto que yo era el mayor y único niño varón, fui el “elegido” para desocupar mi pieza a fin de recibir en forma digna a las visitas. A veces me dormía sobre un colchón en el piso del living. No me acuerdo de haberme negado a hacerlo pues encontré a las visitas interesantes y entretenidas. Me acuerdo de Sidney Burnham, arqueólogo que había trabajado en Egipto....

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