Melquisedec, rey de paz

Melquisedec, rey de justicia y rey de paz, es un varón justo como no aparece otro en la Escritura hasta entonces. Desde Adán no ha habido justo en la tierra, mas este Melquisedec lleva por nombre y por representación al Dios verdadero, aquel cuyo reino es primeramente justicia y después paz. “El reino de Dios [es]… justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo” Romanos 14:17 La combinación de justicia y paz tiene implicancias mesiánicas en el Antiguo Testamento: “He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra. En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado [en paz]; y este será su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra” (Jeremías 23:5-6; ver también Isaías 9:6-7; Zacarías 9:9-10). Melquisedec fue un monarca local, y su ciudad fue agraciada con el nombre de Salem, que es Paz. La guerra, rampante por aquellas tierras, no parece atribular sus habitantes que moran confiados gracias a la pericia de su rey-sacerdote. Otra vez vemos aquí una preciosa analogía con el radiante reinado de Jesucristo. Su reino –que no es de este mundo (Juan 18:36) y no se sostiene por la guerra– es un reino de paz y seguridad, un redil cuyo Pastor defiende y cuida con ternura. También es...

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