La verdadera Navidad es la recordación de la venida del Hijo de Dios, no el tráfago de celebraciones y actividades relacionadas que tienen más bien que ver con una oportunidad comercial de incrementar ganancias y por lado de las personas con un trasfondo de sentimentalismo religioso-familiar con más o menos sentido de solidaridad y humanismo, según la cultura, lugar geográfico y creencias subyacentes.
“Yo he venido para que tengan vida” Juan 10:10
En cuanto a la “verdadera” Navidad, como vimos ayer, es la concreción de la historia de la redención. El inicio de la obra más trascendental que muestra visiblemente el amor con que Dios amó “de tal manera” al mundo (Juan 3:16). La Navidad o nacimiento del Hijo de Dios adquiere sentido en la perspectiva de la cruz, del sacrificio vicario de Jesucristo cuando lleva nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero (1 Pedro 2:24). Enfocarse sólo en un nacimiento –hecho maravilloso por cierto– es pasar por alto todo el sentido de la venida de Cristo. Hay un antes y un después del nacimiento de Jesús, y en su conjunto, “su venida” incluye su crucifixión y muerte. No pueden disociarse los eventos porque debemos recordar que, que él precisamente “vino para para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Mateo 20:28, Lucas 10:45). Ahí está, él vino para dar su vida, él… nació para morir, para que nosotros pudiéramos tener vida. Fue un nacimiento que miraba su muerte, y esto aun desde antes de ser concebido, pues era el Dios eterno el que se acercaba al hombre caído:
“El Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel [Dios con nosotros]” (Isaías 7:14).
Es este aspecto central el que es largamente ignorado aun en círculos llamados cristianos. Se intenta dar un trasfondo social, pues así como José y María eran pobres entonces debemos ayudar a los pobres, acompañar a los que están solos y enfermos, y ser generosos con los demás que tienen menos.
Recordemos su venida, que terminó en el Calvario. Sería fácil quedarse con la escena familiar de unos padres frente a un bebé que nace humanamente en condiciones muy difíciles. Miremos más allá, pues en la celebración misma… podríamos perdernos la Navidad. –rc
Lectura Diaria: | ||
2 Cronicas 29 [leer]
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/Ezequiel 45 [leer]
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/Juan 20:19-31 [leer]
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