Con forma de hombre (III)
¿Cómo sabemos acerca de Dios? ¿Qué sabemos de él? Existe una sola forma correcta y bíblica de representar y de conocer a Dios. En la vida, el ser humano conoce y comprende lo que les es ajeno por medio de analogías. Podemos comprender cuando la Escritura nos dice de Dios que él “aborrece a los que hacen iniquidad” (Salmo 5:5) o que “el Señor es muy misericordioso y compasivo” (Santiago 5:11) sólo porque algo conocemos acerca del odio y de la misericordia en nuestra propia experiencia. De alguna manera proyectamos nuestras vivencias con respecto a dichas cualidades. Cuando oímos reír a alguien realmente no sentimos la alegría de esa persona pero sabemos cómo nos sentimos nosotros cuando reímos alegremente, así que asumimos por analogía que los mismos sentimientos están produciendo la risa en el otro. Desde luego, este conocimiento percibido por analogía puede estar distorsionado por nuestros errores propios. David escribe: “¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos” (Salmo 19:12). Cometemos errores con respecto a nuestros propios sentimientos y respecto de los de los otros. De la misma manera cometemos errores con respecto de la persona de Dios. La “imagen de Dios” en los seres humanos (Génesis 1:26, 27) es la que nos da un grado de analogía acerca de Dios en nuestros pensamientos, pero nuestras analogías desfiguradas nos pueden llevar con seguridad...
Read More