Mes: Diciembre 2016

La navidad según Dios: los que le buscan le hallan

Hay varios personajes que tienen que ver con el nacimiento del Señor, y Dios nos da detalles con respecto a algunos más que de otros. De sus actitudes para con el nacimiento de Jesús podemos extraer lecciones de aplicación actual para nuestras vidas. Así, entre todos ellos es interesante considerar a los magos que vinieron del oriente. Ellos son los primeros adoradores del Cristo encarnado que registra la Escritura. Extranjeros, viajaron meses para encontrarse con el Rey de reyes, cuyo nacimiento les fue especialmente revelado. “Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él”  Mateo 2:1-3 Los magos no pertenecían al pueblo judío, históricamente beneficiario principal de las bendiciones de Dios. Su aparición es un anticipo de que el Cristo que nace será de bendición y salvación para todos los linajes de la tierra. Mateo da fe que el Mesías prometido no será sólo para Israel sino que para todas las naciones , y esta realidad ya estaba anunciada en la profecía (Isaías 60:3).  Los magos nos enseñan el valor que Cristo tenía para ellos, y que los esfuerzos que hicieron para encontrarle fueron...

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La navidad según Dios: ha venido el libertador

La muerte es un mensajero desagradable. Día y noche, mes tras mes, año tras año, las muerte nos habla de que nuestra vida es finita,  de nuestra brevedad y de nuestra incapacidad para modificar el día de mañana. Además, la Biblia nos recuerda que la muerte tiene sujeto al ser humano a una esclavitud de por vida. El poder de la muerte es su capacidad de producir temor y miedo. Este poder mantiene al hombre desesperanzado y en incertidumbre. Puede haber alegrías transitorias, pero al final del día la perspectiva cierta de la muerte aquieta las risas y estremece las almas. Entonces la pregunta de Job se hace real y presente: “¿Si el hombre muriere, volverá a vivir?” (Job 14:14). Entonces la realidad cierta de la condenación eterna se hace insostenible para el pecador no salvado.   “…él (Jesús) también participó de lo mismo (un cuerpo humano), para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre”. Hebreos 2:14-15    Sin embargo, hemos leído que Jesús quitó a Satanás de ésta su arma más tenebrosa. Le desarmó irreversiblemente. La venida de Cristo hizo posible que todos los hombres pudiesen ser libertados de esta cautividad, de este temor. El que él se...

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La navidad según Dios: un sacerdote viene a nuestro favor

La venida de Cristo es un hecho portentoso y fundamental. Como ya mencionábamos ayer, no nos referimos a su nacimiento solamente, como un hecho aislado o inconexo, sino a todo lo que hay con relación a que el Hijo de Dios viniese a este mundo, según sus propias palabras “a buscar ya  salvar lo que se había perdido” (Mt 18.11, Lc19.10)   “Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos”. Hebreos 7:25  A la luz de la revelación bíblica, la venida de Cristo reemplaza una serie de figuras del Antiguo Testamento, cuyo significado último pocos quizá pudieran haber vislumbrado en la antigüedad. Entre éstas, tenemos el sistema de sacerdocio y adoración, con su serie de instrucciones, reglamentos y ceremonias, donde es posible identificar esbozos de la vida de Cristo y trazos con respecto a su muerte expiatoria en la cruz, ocurrida miles de años después. El escritor a los Hebreos señala que los sacerdotes de la antigüedad servían a lo que era “ejemplo y sombra de las cosas celestiales” (Hebreos 8:5, RV 1569). Lo maravilloso es que con la venida del Cristo se reemplazan todos esos esbozos y sombras, y tenemos una realidad nueva, gloriosa y perfecta. Refiriéndose a esto, nos enseña que un sistema imperfecto es reemplazado por uno mejor, uno perfecto.   Como sacerdote,...

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La Navidad según Dios

Ya se aproxima el fin de año, y con este la celebración de la llamada “Navidad”. Podemos aprender muchas cosas para nuestro provecho espiritual en este tiempo.   “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros” Juan 1:14 Era fin de año. Un predicador comentaba desde el púlpito que ese año había recibido menos tarjetas de Navidad que en otras ocasiones. Además reparaba en el hecho de que las tarjetas recibidas podían considerarse como pertenecientes a dos tipos: unas con “motivos navideños”, llámese pesebre, animales, magos, estrella, camellos, figuras de María y José, y por supuesto, el “niño Jesús”.  Otro tipo de ellas mostraban imágenes totalmente diferentes a lo anterior, entre las cuales destacaban fotos familiares, pinturas famosas, paisajes y dibujos abstractos. La pregunta que este siervo de Dios hacía al auditorio, y que podemos y debemos hacernos hoy entre nosotros mismos es: ¿puede haber Navidad sin pesebre, sin establo, sin magos, pastores, estrella, niño? ¿Puede hacerse recordación de la venida del Hijo de Dios sin los elementos a los cuales estamos más acostumbrados visualmente? Bueno, de hecho sí es posible y no son necesarias para el hecho fundamental. De hecho, los eventos que rodearon la venida del Señor no son eventos aislados. Desde la perspectiva divina, lo que ocurrió en Belén es parte de una historia mucho más grande, que se esboza claramente desde miles de años antes,...

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Con forma de hombre (IV)

“Entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” Mateo 4:17 Probablemente todos estaremos de acuerdo en que la esencia misma consciente de Dios permanece imperturbable e inalterable por cualquier cosa que él ha creado. El no se asusta, no es sorprendido o hallado desprevenido. En la Escritura, no obstante se representa a Dios con emociones que son típicamente humanas: amor, odio, gozo, dolor, arrepentimiento y otras semejantes. Tales afirmaciones son otra vez expresiones analógicas desde una perspectiva humana. Sin embargo el caso del amor es un poco diferente pues sabemos que “Dios es amor” (1 Juan 4:8). Debemos, eso sí, necesariamente entender que este amor es infinitamente más puro, más intenso, más santo que lo que como hombres jamás llegaremos a comprender. Si amamos, es porque tenemos algo de esa imagen del amor de Dios en nosotros. Cuando en la Biblia se dice que Dios se arrepiente o es ofendido o que está celoso, significa sólo que él actúa hacia nosotros como un hombre lo haría si se viera agitado por tales pasiones producto de sus circunstancias, para nuestra comprensión de su santidad y su justicia, y de lo que deberíamos recibir como consecuencia. Lo anterior es frecuente en el antiguo testamento en los libros de poesía y profecía. Con el verbo encarnado en Jesús de Nazaret la naturaleza...

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