Mes: Diciembre 2016

La campana no sonó

Hace poco más de 350 años, en Inglaterra, hubo un acto de amor y devoción que logró que un soldado fuera librado de la muerte. Lea de lo que hizo Evangelina. “Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” Romanos 5:8. Se cuenta que en los días difíciles del gobierno de Cromwell en Inglaterra, por allá en el año 1650, había un joven acusado injustamente de un delito. Fue condenado a morir a la hora del crepúsculo, al sonido del toque de queda. Tal muerte hubiera sido terrible por ser el soldado inocente, y por estar en la primavera de la vida. Además, la muerte sería doblemente trágica porque estaba próximo a contraer nupcias con una bella señorita llamada Evangelina. Al saber ella la fatal noticia, no se dejó vencer sino que sin perder tiempo comenzó a hacer todo lo que estaba a su alcance para interceder por la vida del que amaba. Fue a visitar a personas de influencia, al juez y aun al mismo Cromwell, pero sin ningún éxito. Todo lo que hizo fue en vano. Desconsolada, procuró sobornar al viejo campanero para que la campana no sonara a la hora acostumbrada, pero no obtuvo resultado positivo. Se hicieron los preparativos para la ejecución. El condenado fue sacado del calabozo y llevado al cadalso. Nada más fue necesario sino...

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El hacha prestada (II)

En los tiempos bíblicos del antiguo testamento, prestar un hacha de hierro equivalía a prestar ahora un tractor o un camión. Era algo demasiado valioso. Luego, es comprensible la angustia del joven que pierde su hacha en lo profundo de las aguas, “¡Ah, señor mío, era prestada!”… (2 Reyes 6:5). En el día de hoy, también, un cristiano está trabajando con herramientas prestadas. Hay muchas herramientas prestadas por el Padre a los suyos, y debiéramos cuidarlas con esmero. “De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan” Salmo 24:1 Podríamos detenernos a pensar en qué herramientas nos han sido prestadas. Este ejercicio es muy necesario, aunque del texto del salmo 24 entendemos que todo nos ha sido prestado por su Dueño.   La vida, concedida por Dios a todo ser humano (Hechos 17:28) La salvación, un don del Señor recibido una vez para siempre, pero que hay que ocuparse de ella con temor y temblor (Salmo 3:8, Jonás 2:9) Nuestro cuerpo, comprado por precio, ya no es nuestro (1 Corintios 6:19) Nuestra familia y esposa, para honrar y cuidar como espejo del cuidado y entrega de Cristo por su Iglesia (Proverbios 18:22) Nuestros hijos, nuestro deber y oportunidad es traerlos al conocimiento del Señor (Salmo 127:3) Nuestro trabajo, para disfrutarlo y honrar a Dios con su resultado (Eclesiastés 3:10) Nuestro dinero, poco...

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El hacha prestada (I)

En la Biblia se nos enseña siempre que para servir a Dios de buena manera hay que primero ser de su pueblo. Pero esto, para el creyente también, implica confesar prontamente el pecado delante de Dios cuando es necesario. Ejemplos de la vida del pueblo de Israel, del rey David, y de otros personajes dan cuenta de esta verdad. “Mientras uno derribaba un árbol, se le cayó el hacha en el agua; y gritó diciendo:¡Ah, señor mío, era prestada! 2 reyes 6:5 Un buen ejemplo lo tenemos en el segundo libro de los Reyes. Leemos en el capítulo 6 que los hijos de los profetas desean la compañía y presencia de Eliseo. Estaban haciendo la obra de Dios y le invitan al profeta al campo a cortar madera para construir un lugar más espacioso donde estar. En el trabajo junto a su maestro, no obstante, uno de ellos pierde su herramienta. El hacha que estaba utilizando –el hierro- cae al río y desaparece en el fondo. Este relato nos da una preciosa analogía de lo que es la vida del creyente y cómo en su quehacer para el avance del reino de Dios debe procurar estar en compañía del Señor Jesús (Juan 15:5). De la misma manera que este individuo pierde su hacha en el río y da pronta noticia a Eliseo, debemos confesar nuestras faltas y caídas al...

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Un sencillo nacimiento en Belén

El humilde nacimiento del Señor Jesús fue el preludio de su vida de entrega y sacrificio, que le llevaría a ofrecerse como el sacrificio por nuestros pecados. “Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.” Lucas 2:7   Mas de dos mil años atrás ocurrió un evento cuya sencillez –al principio– ha resultado totalmente desproporcionada al impacto que ha tenido en el mundo entero desde entonces. Nació un niño en Belén, aparentemente de una pareja joven común y corriente. Recién han llegado de Nazaret que está en el norte del país para cumplir con el decreto del César Augusto. Cada uno debía volver a su pueblo de origen para inscribirse en los registros romanos, pues estos gobernantes querían anotar a sus súbditos para asegurarse una buena entrada tributaria. Si el largo viaje desde Nazaret había sido cansador para una mujer en su condición de gravidez, se le torna ahora más agotadora la caminata de posada en posada, buscando donde hospedarse para luego cumplir con el censo ordenado.   Cuán cansada estaría María, a punto de dar a luz la criatura singular que llevaba en su vientre. Con los cupos agotados en las casas de hospedaje, María y José tienen que conformarse con quedarse en una cueva, usada para los animales. Se...

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Arbol fructífero

El hombre piadoso se mantiene en buen estado espiritual y manifiesta una vida próspera. ¿Somos como el hombre del Salmo 1? “Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará” Salmo 1:3.   El salmo 1 se divide en dos partes de tres versos en cada sección. Presenta un contraste entre el hombre piadoso y el hombre inicuo. El primero se deleita en la ley de Jehová y el fruto en su vida beneficia a otros. El segundo hombre prefiere la maldad y está descrito como la paja que arrebata el viento. No hay semilla que produzca fruto en la vida del hombre malo. El primer hombre es “bienaventurado” (v.1), pues en la Palabra de Dios halla la fortaleza que necesita para vivir. Su estilo de vida se basa en la verdad bíblica la cual le reporta protección de los elementos nocivos a su alrededor. El malo no vive según esta regla. No solamente pierde felicidad en la vida actual sino también en el porvenir será juzgado.   El hombre piadoso es “como árbol plantado junto a corrientes de aguas” v.3. Mantiene sus raíces cerca de la humedad que viene del agua viva a fin de que haya fruto en su tiempo. No será como la higuera mencionada por Jesús que...

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