El verdadero seguidor de Cristo tiene el privilegio de regocijarse siempre, y no solamente en ciertas épocas del año. El Señor nos llama a vivir en santidad todos los días.
“Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, Y él oirá mi voz“ Salmo 55:17
En ciertos sectores del mundo religioso hablan de guardar la cuaresma. Se refieren a los 40 días antes de “celebrar” Semana Santa, fecha anual en que recuerdan la pasión del Señor Jesús en la cruz. Pretenden privarse de ciertos placeres durante estos días en señal de penitencia y reconocimiento de los errores en la vida. En Brasil, el famoso carnaval ocurre precisamente antes de la cuaresma para que los participantes puedan dar rienda suelta los deseos de la carne. Es una verdadera orgía sexual y extremadamente pecaminosa. El cristiano verdadero sabe que cuando puso su fe en Jesucristo como Salvador, al mismo tiempo llegó a ser su Señor. De ahí en adelante, es discípulo de Cristo y ha de vivir diariamente para la gloria de Él. Ningún creyente ha de esperar la cuaresma para preocuparse de vivir santamente.
Los israelitas antaño recibieron claras instrucciones de parte de Moisés: “Amarás, pues, a Jehová tu Dios, y guardarás sus ordenanzas, sus estatutos, sus decretos y sus mandamientos, TODOS LOS DÍAS. Deuteronomio 11:1. En un artículo el autor exhortaba a “negarse algo hasta que le duela. Deje el enojo, el orgullo, las pequeñeces que molestan. Este es lo que Dios quiere para que le dé los tesoros del reino.” Faltaron en la altisonante exhortación una referencia a la gracia de Dios, la obra del Espíritu y la verdad de Gálatas 6:14, “lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo.” Pablo instruyó a los Filipenses: “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca.” Cap.4:4-5.
El verdadero seguidor de Cristo tiene el privilegio de regocijarse siempre, y no solamente en ciertas épocas del año. Tiene toda la razón para estar feliz, pues a pesar de las circunstancias cambiantes de la vida, el Señor nunca cambia. El desea que tengamos comunión con él diariamente. Nunca está seca la fuente de la salvación. La invitación del Señor sigue vigente: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba” Juan 7:37
–daj
Lectura Diaria: | ||
Génesis 8:20-9:29 [leer]
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/Job 11:1-12:25 [leer]
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/Mateo 6:1-18 [leer]
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