La tempestad (1)
Si está pasando por un tiempo de calma o se siente en medio de una tempestad, sepa que Dios está en control y permite todo para su bien. “Cambia la tempestad en sosiego, Y se apaciguan sus ondas” Salmo 107:29 Contemplar el mar en calma puede resultar tranquilizante para el ser humano en su interior. Sin embargo, aquel mismo mar tranquilo puede, dentro de poco tiempo, convertirse en una turbulencia de enormes y amenazantes olas que causan terror al corazón del que viaja por mar y a algunos que están en tierra. La tempestad en el mar es una ilustración de las turbulencias que vivimos en esta vida. Nuestras circunstancias se cambian de un momento a otro, de la calma a lo que nos llena de temor y preocupación. Nos sorprende el cambio repentino, pero así ocurre a veces en la vida. Nadie está exceptuado de las tempestades que sobrevienen a la vida. También hay turbulencias que afectan al creyente, el hijo de Dios. Para el creyente, las turbulencias de la vida no son meramente fortuitas. Son permitidas por el Señor. Termina el Salmo 107 enumerando las cosas que Dios hace y luego nos invita a considerar todo como muestras de “las misericordias de Jehová”. “Véanlo los rectos, y alégrense, Y todos los malos cierren su boca. ¿Quién es sabio y guardará estas cosas, Y entenderá las...
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