NO HAY MARCHA ATRÁS.

¿Cuántas veces ha dicho Ud., “si solo pudiera volver a comenzar de nuevo”? Como dicen el refrán, no se puede borrar con el codo lo que escribió la mano. La historia del pasado se escribe con tinta indeleble. Por eso, el deseo del salmista debe ser nuestra oración diaria. “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría.” Salmo 90:12. El tiempo es un vehículo que no tiene marcha atrás. Lleva una velocidad constante marcada en segundos, minutos y horas, y luego días y años. Las hojas del calendario del mes pasado no sirven para planificar nada a futuro. Lo que construimos en el edificio de nuestra vida día tras día queda como algo desmontable. El ejercicio de nuestra voluntad que a veces es muy veloz y eficaz para laborar proyectos y poner en ejecución sus designios, no tiene la facultad de volver al cero para comenzar de nuevo. Si bien es cierto que podemos volver sobre nuestros pasos en un camino, no con ello borramos las huellas. El Salmista se refirió a la decepción y la frustración que le invadieron cuando se dio cuenta que no pudo hacer que los días regresaran. “Porque todos nuestros días declinan a causa de tu ira; Acabamos nuestros años como un pensamiento” Salmo 90:9. Aún para el salmista los días pasaban rápidos, aunque anticipaba vivir setenta años, o...

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