La necesidad de creer a Dios más que creer en Dios (II)
“Pero sin fe es imposible agradar a Dios” Hebreos 11:6; Ya hemos considerado algunas características que hacen a Abraham ser reconocido por Dios mismo como un hombre de fe que alcanzó la justificación por esa fe. Dios utilizó a Abraham como un ejemplo de fe sin el beneficio de la ley, en una ilustración de cómo debería vivir el pueblo de Dios a través de la edades. Moisés, en contraste, tuvo la ley, sin embargo no pudo cruzar el Jordán y entrar en la tierra prometida. Una vida de servicio y fe en Dios se vio afectada al final por un acto de incredulidad suya que tuvo consecuencias. En ese aspecto particular, Moisés falló en cuanto a la fe cuando los hijos de Israel se encontraban en Cades (Números 20:13). El pueblo de Israel se hallaba en una situación difícil por la falta de agua. Dios ya había provisto agua de la roca en Horeb, años antes (Éxodo 17:6). Entonces el Señor convoca a Moisés y Aarón y les ordena hablar a la peña a la vista de ellos, “y ella dará su agua” (v. 8). Sin embargo leemos que Moisés, ofuscado por lo que sucede, golpea la peña con su vara… y sin embargo salió abundante agua de ella (v. 11). La gracia de Dios se manifestó pese a la desobediencia del hombre. No obstante, acto seguido Dios...
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