No con ejército ni con fuerza (5)

“El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo” Colosenses 1:13   En el día a día hay un esfuerzo y tarea personal en la santificación que no disminuye el hecho de que sea un acto de confianza en Dios. Debemos mantener las proporciones bíblicas, sin intensificar ni disminuir los pasajes que hablan de nuestro esfuerzo y los que hablan de que debemos confiar en Dios para nuestra santificación.   Pablo escribe: “Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado” (1 Corintios 9:25-27). Pedro escribe: “Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección” (2 Pedro 1:10). Sin embargo, traemos estos mandamientos a la promesa de Dios y a su compromiso basado en la sangre derramada de su Hijo, de completar la buena obra en nosotros (Filipenses 1:6), de trabajar en nosotros lo que a Él le agrada (Hebreos 13:20-21), de santificarnos por completo (1 Tesalonicenses 5:23), y de que “cumpla todo propósito de bondad y...

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