A veces es necesario quitar los tropiezos del camino. Miremos el ejemplo del rey Josafat.
“Y se animó su corazón en los caminos de Jehová” 2 Crónicas 17:6
La palabra orgullo puede tener dos significados. Se usa en sentido bueno o sentido malo. Uno siente orgullo sano cuando logra una meta respetando todas las reglas sin desviarse. Es natural tener un sentir de satisfacción cuando realiza una tarea que queda bien hecha. Es el producto de aplicarse con dedicación a terminar un trabajo. En este sentido el orgullo es bueno. El orgullo pasa a ser negativo cuando se adoptan actitudes altaneras, cuando alguien cree que es superior a otros. Jesús tuvo que tratar con personas así, y no se quedó callado. “A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola.” Lucas 18:9. Luego el Señor contó acerca del fariseo y del publicano en el templo a la hora del sacrificio, destacando el orgullo desmedido del fariseo por considerarse mejor que todos los demás. Solamente del publicano que humildemente reconoció su pecado se dice que “descendió a su casa justificado antes que el otro.” v.14.
El rey Josafat tuvo un orgullo sano cuando “quitó los lugares altos y las imágenes de Asera de en medio de Judá.” 2 Crónicas 17:6. “Y se animó su corazón en los caminos de Jehová.” Animarse significado poner en alto o exaltar. En este caso Josafat se sintió orgulloso por la forma en que Dios hizo posible que los ídolos fueran sacados de Judá y que el pueblo comenzara a buscar a Dios. ¿Y el secreto? “Jehová estuvo con Josafat, porque anduvo en los primeros caminos de David su padre, y no buscó a los baales,” 2 Crónicas 17:3. Josafat se destaca por sacar los tropiezos (los ídolos) para evitar que el pueblo cayera en la idolatría.
A veces es necesario quitar los tropiezos del camino. Los tropiezos pueden ser cosas legítimas como juegos, o deportes o actividades que impiden que uno sirva a Dios. Facebook y Twitter están siendo de gran tropiezo a muchos. Cualquiera sea, estos obstáculos en la vida disminuyen tu efectividad para el Señor. Josafat no siguió el ejemplo malo de otros sino el ejemplo de David, que hizo la voluntad del Señor. Exaltó a Dios en la nación cuando sacó las cosas incompatibles con su santidad. Es imposible hacer la voluntad de Dios y la propia al mismo tiempo. Por eso, no se puede seguir el camino mundano y el camino del Señor a la vez. Es necesario escoger los valores y las prioridades del Señor para eliminar las que distraen al alma y nos desvían del buen camino. Josafat tuvo un sano orgullo cuando vio a Dios ensalzado entre el pueblo. ¿Se siente satisfecho por lo que Dios está haciendo en la vida suya?
–daj