La revelación de Dios ha transcurrido en etapas a lo largo de la historia. Estos períodos de tiempo, algunos de ellos muy largos, muestran una forma particular de Dios de relacionarse con el ser humano. Veamos brevemente acerca de esto.

“La multiforme sabiduría de Dios” Efesios 3:10

En cada uno de estos períodos de tiempo –llamados dispensaciones por los teólogos– el hombre tiene ciertos deberes o responsabilidades singulares hacia Dios. El dispensacionalismo es, entonces, un sistema de interpretación de la revelación bíblica, que establece que Dios ha trabajado con el hombre de manera diferente en diferentes períodos también totalmente diferentes entre sí. Cada dispensación es un período de prueba de Dios para el hombre en el cual le da una revelación en particular, pero al final el hombre falla dando Dios por terminada esa dispensación –generalmente con un juicio– y comenzando con una nueva. El hombre para agradar a Dios debe obedecer lo que dice esa revelación para ese período, no siendo aplicable estas demandas específicas a otra dispensación, quedando por lo tanto completamente abolidas las demandas específicas previas.

Hay por lo menos tres alcances que hacer en este punto inicial:

Primero, esta definición no es restrictiva pues “Dios no hace acepción de personas,  sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia” (Hechos 10:34-35). Cualquiera sea la forma propuesta por Dios para agradarle en una dispensación, quien le teme y hace justicia obtiene su favor. Segundo, y ligado al punto anterior, la fe en Dios basada en su gracia salvadora e invocada por un pecador consciente de su ruina, es común a todas estas dispensaciones partiendo desde Adán y pasando por Abel, Enoc, Noé, Abraham, David, etc., hasta el apóstol Pablo y los fieles de nuestros días. Dios siempre ha honrado la fe sincera y ha declarado justo al que ha puesto su fe en él y vive apartado del pecado (Génesis 15:1, Gálatas 3:6, Hebreos 11:4). Tercero, así como en la Biblia hay evidentemente un progreso de la revelación divina pues no se revela de una vez todo acerca de Dios y su trato con el hombre, hay una continuidad y una constante en la revelación de los atributos más elementales de Dios, como su omnipresencia, su omnipotencia, su santidad, su amor, su justicia. Esto Dios lo ha revelado desde el principio de la historia y es plenamente vigente en cualquier época de la historia del hombre que consideremos.

Los puntos recién mencionados de cierta manera relativizan la inflexibilidad que algunos intentaron históricamente imponer al dispensacionalismo. Como cualquier sistematización humana de la revelación bíblica, ha habido ocasiones en que se salió de control y se comenzó a imponer cosas por sobre la Escritura. Creemos en la revelación sistemática y soberana de Dios en períodos consecutivos de tiempo, lo cual es evidente en su Palabra. El entendimiento original, más fundamental y más útil del dispensacionalismo es que el diseño temporal de Dios con relación al ser humano es revelado por etapas definidas, y este diseño pasa por el lugar único de la nación de Israel. No obstante, actualmente el pueblo de Dios está constituido por los salvados que constituyen su Iglesia, el “misterio escondido” (Efesios 3:9). Ahora, cuando Dios haya terminado con su Iglesia y la lleve a la gloria, hay un futuro y un reino implicando la salvación, la restauración y el reinado de la nación Israel sobre un área geográficamente definida en la tierra. Continuaremos con el tema con la ayuda del Señor. –rc

 

Lectura Diaria:
Éxodo 16:1-36 [leer]
/Salmos 52:1-54:7 [leer]
/Hechos 9:1-31 [leer]