Mes: Febrero 2017

No con ejército ni con fuerza (3)

“Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes” Santiago 4:6   Una vez que el creyente se vuelve del pecado al arrepentimiento, en vez de mejorar su debilidad es más bien claro que no puede librarse del problema en el cual está inmerso. No se trata de castigarse y afanarse en salir de la situación y de vencer el pecado, se trata de dejar de confiar  en uno mismo y sus recursos y “caer” en la confianza en Dios, dándonos cuenta una vez más que él posee todo el poder del cual nosotros carecemos.   El evangelio y la cruz nos llevan a admitir que debemos permitir al Dios todopoderoso el estar a cargo de nuestra santificación. Dios ha prometido ayudar al humilde pero abandona a su suerte al que confía en sus propios recursos. Esta es una respuesta a la cual estamos muy acostumbrados, al querer arreglar tal o cual cosa por nosotros mismos. Al intentarlo, somos soberbios y asumimos una actitud farisea, la misma que Jesús condenó en el Sermón del Monte (ver Romanos 8:9-11; Filipenses 2:12-13; Efesios 3:16; Gálatas 5:16-17, 25; Colosenses 2:20-23). “Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré” (Hebreos 8:10) La visión bíblica de la santificación requiere un genuino cambio del corazón con el fin de expresar los efectos a largo plazo de reflejar...

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No con ejército ni con fuerza (2)

“Esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada” 1 Pedro 1:25   El evangelio es en primer lugar el anuncio con relación a los eventos históricos relacionados con la vida, muerte y resurrección de Jesucristo, el Hijo de Dios. Es buenas nuevas porque tiene significancia personal para cada individuo, pues cada uno de nosotros podemos ser redimidos de nuestro pecado y reconciliados con Dios. En la travesía interna hacia la imagen de Cristo en nuestro ser, hacemos un pobre favor al confiar en nuestros esfuerzos personales por mejorar. En el afán de “ayudar a otros”, equivocamos el camino si damos consejos centrados en nuestra opinión o nuestro mejor parecer. Muy por el contrario, el punto central es el evangelio, y este debe permanecer ahí para ejercer su poder. Debemos recordarnos regularmente unos a otros acerca de las buenas nuevas de Jesucristo. Debemos contar una y otra vez el hecho histórico objetivo de la cruz y extraer las inagotables aplicaciones que emergen del mismo. En vez de pensar y aconsejar a tratar de hacer esto o aquello, debemos centrar la vista en que Jesús ya venció y lo hizo por cada uno de nosotros. Los buenos consejos se agradecen, pero cuando se trata de la santificación, tratar de mejorar nuestras vidas está en contradicción con el mensaje del evangelio. Debemos responder a este mensaje que nos...

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