Con el diluvio Dios juzga la raza humana corrompida y propone un nuevo comienzo para el ser humano. Noé y su familia comienzan a poblar nuevamente la tierra. Lea acerca de lo que ocurrió.

“Y habló Dios a Noé y a sus hijos con él, diciendo: He aquí que yo establezco mi pacto con vosotros, y con vuestros descendientes después de vosotros” Génesis 9:8-9

Después del diluvio, Dios concede al hombre una serie de nuevas mayordomías. Ahora el hombre debe desarrollar su potencial, organizarse para vivir y prosperar, disponer de los animales para su sustento, y hasta puede quitar la vida a otro hombre en retribución por asesinato (Génesis 9:6). Es autorizado por Dios para ejecutar la pena capital. Se trata del gobierno civil en su máxima expresión, con libertad de mandato y organización social. No obstante, el hombre fracasa nuevamente partiendo por el mismo Noé, quien se embriaga y pierde el control de sí mismo a poco andar. Además, los hombres en vez de esparcirse deciden aglutinarse y permanecer en un solo lugar en directa desobediencia a la instrucción divina.

El hombre ya no busca la compañía de Dios sino la de sus semejantes y el concepto sobre sí mismo crece hasta pretender llegar “al cielo”  por medio de la construcción de una torre (Génesis 11:4). No se considera a Dios en la vida cotidiana. Dios toma nota de la desobediencia del hombre  a su instrucción de poblar la tierra y a su arrogancia, y juzga a la raza humana confundiendo su lenguaje. Dejado a su libre albedrío, el hombre toma su libertad para alejarse de Dios y pretende disputarle su señorío.

El fracaso es manifiesto una vez más, pero una vez más también Dios muestra su gracia al no destruir completamente a las naciones sino que en su misericordia escoge tratar con un individuo de una nación particular y con su descendencia: es el momento de la aparición de Abraham.

Esta dispensación del gobierno civil se encuentra en Génesis 8:15 al 11:9. Sin duda rasgos de esta misma actitud de autosuficiencia del ser humano son predominantes en el día de hoy también. El hombre pecador es uno solo y su instinto natural contra Dios es manifestado permanentemente, independiente de la edad en la historia. ¿Ha reflexionado el lector acerca de que su libertad es un don que Dios le concede no para hacer su vida aparte de Él sino para buscarle y acercarse a Él?

–rc

(Continúa)

Lectura Diaria:
Éxodo 38:1-31 [leer]
/Salmos 90:1-91:16 [leer]
/Hechos 22-:22-23:11 [leer]