La buena voluntad de Dios (II)

Aparte de sus padres, nadie más acompañó a Jesús en su nacimiento, sin embargo Dios compartió la noticia con humildes y devotos pastores. “Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor” Lucas 2:10 Hoy en día la llegada de una criatura es noticia estupenda que se transmite por teléfono, grabada en video, celebrada por familiares que expectantes rondan en los pasillos del pabellón de maternidad. Al parecer, María y José no tienen parientes que les acompañen en Belén. Si los hubiera habido, se habrían hospedado con ellos. Una pareja joven, desconocida, cumpliendo con un edicto imperial, pero una pareja que es pieza clave en el plan divino de proveer redención para un mundo dominado por el pecado y por su propio egoísmo. Si bien es cierto que José y María no tienen con quien compartir la alegría del momento, Dios se encargó de mandar ángeles del cielo. Muchos estarían durmiendo en sus casas más acogedoras, y camas confortables, y no tendrían mucho interés en ser despertados para recibir la noticia de un desconocido que acaba de nacer. El milagro de Belén golpea fuerte, pues hace temblar la lógica humana. A los pastores despiertos en el campo, Dios mandó...

Read More