Mes: Abril 2017

La mirada de Dios

El hombre es influenciado e influenciable por lo que ve. No así Dios. “No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno” Salmo 14:3 Basta muy poco a veces para generar una impresión que puede ser equivocada, pero las cosas que ven los ojos perduran en la mente y las impresiones equivocadas también perduran en nuestra memoria.Dios no necesita las herramientas que los hombres necesitan para obtener información acerca de las personas, como entrevistas, tests psicológicos o cartas de recomendación. David escribe: “Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme. Has entendido desde lejos mis pensamientos” (Salmo 139:1-2). Un caballero se jactaba de que había sustraído un producto de una tienda. Contaba su hazaña delante de un grupo de señoras que estaban en otra tienda. “Miré para un lado y miré para el otro y nadie me vio”, dijo sonriente. Entonces, una de las señoras le dijo “pero yo sé que alguien le vio”. Desconcertado, el hombre afirmó: “pero yo miré para todos lados y estoy seguro que no había nadie”. Entonces esta creyente le dice: “Ah, pero se le olvidó mirar para arriba…” Efectivamente, el hombre mira para cualquier parte menos para el cielo. La Biblia nos dice que Dios está muy pendiente de lo que ocurre en la tierra. Más aun, nos señala que “Sus ojos ven,...

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El tema en la adoración es Cristo y su obra, no nosotros

La contemplación de Cristo y sus perfecciones, junto con la anunciación de su muerte vicaria son el objeto de la Cena del Señor. ¿Qué ocupa los pensamientos de esta reunión en su asamblea? “Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová” Salmo 27:4   A continuación transcribimos un hermoso himno de la pluma de Don Gilberto M.J. Lear, que expresa el sentir que cada creyente debiera tener al recordar al Señor Jesús en la Cena del Señor, un primer día de la semana como hoy:   “Yo quisiera, Oh, Salvador, Comprender tu gran amor Cerca de tu cruz morar, Tu agonía contemplar”   “Veo yo que Dios en luz, En la muerte de Jesús, Y veo en su gran dolor, Que también Dios es amor”   “Participo ya del pan, y mis ojos mirarán, A Jesús que en cruz murió, Por mí, indigno pecador”   “En la copa yo veré, La figura por la fe, De la sangre de Jesús, Por mí, derramada en cruz”   “Humillado quedaré, Al mirar la cruz por fe, Oh, ¡cuán vil he sido yo!, Pues por mi Jesús sufrió”   En este himno, el autor nos hace mirar los sufrimientos del Señor. Muchas veces en la Cena del Señor los pensamientos de los hermanos se enfocan más bien en nuestra condición...

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La buena voluntad de Dios (III)

María y José estaban en Belén para empadronarse porque un dictador lo ordenó. ¿Qué tiene que ver éso con nosotros? Tiene todo que ver. Sigamos apreciando la buena voluntad de Dios. “… Os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor” Lucas 2:10 Si El dictamen del déspota allanó el camino para que la profecía de siglos antes se cumpliera. La profecía tenía que ver con la llegada del Salvador. Sin que César supiera, Dios obraba a través de él para cumplir su Palabra. Dios es soberano, usando a quienquiera para llevar a cabo su voluntad. Implícita en el anuncio hecho a los pastores es la insinuación que ellos vayan a ver al recién nacido, pues el ángel dice: “Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre” (Lucas 2:12). Habían de ir para confirmar la noticia recibida. ¡Qué tremendo privilegio! Conocer de cerca al Salvador. Ver con sus propios ojos al Cristo prometido. Evento sencillo, pero con ramificaciones monumentales que no solamente afectaría a unos cuantos pastores en el campo, sino afectaría a millones más. No es solamente algo que pasó a una pareja sencilla viviendo en Nazaret, y de paso en Belén, sino un nacimiento que ha de afectar al mundo...

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La buena voluntad de Dios (II)

Aparte de sus padres, nadie más acompañó a Jesús en su nacimiento, sin embargo Dios compartió la noticia con humildes y devotos pastores. “Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor” Lucas 2:10 Hoy en día la llegada de una criatura es noticia estupenda que se transmite por teléfono, grabada en video, celebrada por familiares que expectantes rondan en los pasillos del pabellón de maternidad. Al parecer, María y José no tienen parientes que les acompañen en Belén. Si los hubiera habido, se habrían hospedado con ellos. Una pareja joven, desconocida, cumpliendo con un edicto imperial, pero una pareja que es pieza clave en el plan divino de proveer redención para un mundo dominado por el pecado y por su propio egoísmo. Si bien es cierto que José y María no tienen con quien compartir la alegría del momento, Dios se encargó de mandar ángeles del cielo. Muchos estarían durmiendo en sus casas más acogedoras, y camas confortables, y no tendrían mucho interés en ser despertados para recibir la noticia de un desconocido que acaba de nacer. El milagro de Belén golpea fuerte, pues hace temblar la lógica humana. A los pastores despiertos en el campo, Dios mandó...

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La buena voluntad de Dios (I)

Qué grande la buena voluntad de Dios para con los hombres. Veamos de qué se trata. “¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” Lucas 2:14 Más de dos mil años atrás ocurrió un evento que al principio no daba ningún indicio del impacto que llegaría a tener en el mundo entero. Nació un niño en Belén, aparentemente de una pareja joven común y corriente. Recién habían llegado de Nazaret, ciudad que estaba en el norte, a Belén para cumplir con el decreto del César Augusto que requería que todos los súbditos fueran censados. Cada uno debía volver a su pueblo de origen para inscribirse en los registros romanos, pues estos gobernantes querían anotarlos para asegurarse una buena entrada tributaria. Ya podemos imaginarnos cuán cansada estaría María, la esposa de José, a punto de dar a luz la criatura singular que llevaba en su vientre. El largo y cansador viaje se torna ahora más agotador para una mujer en su condición de gravidez, pues caminan de posada en posada buscando donde hospedarse, pero los cupos están tomados. Tienen que conformarse con quedarse en una especie de cueva. ¡Qué manera de llegar el Rey de Reyes a la tierra! Más tarde Pablo el apóstol sería inspirado a escribir sobre la humildad del Señor Jesucristo, “el cual, siendo en forma de Dios,...

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